Se ha enfadado, y mucho, la
clase conservadora española con el fallo del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos contrario a la “Doctrina Parot” que la Justicia española utilizaba para
prorrogar condenas a terroristas y delincuentes peligrosos. Entiendo el pesar
de los familiares de los cientos de asesinados por ETA, pero ésta era una Ley
que no sirve para nada en un Estado moderno, era más adecuada para un país como
Arabia Saudí o Iran, donde se llegan a las prácticas más bárbaras para vengar
un crimen o incluso para algo que vaya en contra de sus creencias religiosas.
Pero el absoluto desprecio hacía lo europeo que siempre ha mostrado la clase conservadora
española, que siempre ha denominado “Los bárbaros del Norte” al resto de
Europa, le ha impedido ver lo inadecuada que era esa Ley, y ahora llaman a
manifestaciones e incluso (esto último con la boca pequeña) a abandonar la
Unión Europea. No se dan cuenta que lo último sería un desastre, que sin los
dineros que la UE ha aportado generosamente, España seguiría siendo un país
tercermundista, donde hasta hace tres décadas aun había pueblos sin apenas agua
corriente ni electricidad, y donde la mayoría de artistas (cineastas, pintores,
etc.), para triunfar, habían tenido que residir en países más civilizados, como
Pablo Picasso, Jorge Semprún o Luis Buñuel. Volviendo a la “Doctrina Parot”,
viendo los nombres de algunos políticos que se manifiestan en contra, es lógico
que muchas de las víctimas del terrorismo sufran vergüenza ajena, viendo cómo
se les utiliza políticamente sin escrúpulos. Los mismos que condenaban al
Infierno a los guiñoles franceses por ya saben qué, ahora condenan al mismo
Infierno a toda Europa, a la que deben considerar un continente corrupto e
inmoral, que deja a los niños leer novelas “pornográficas” e “inmorales” como
“Madame Bovary”, al contrario que sus adorados Estados Unidos, los gobernados
por Bush, por supuesto, ejemplo de decencia y de valores eternos sin mácula
ninguna, donde cualquier político que engaña a su mujer tiene que abandonar su
carrera política sin redención posible, mientras que en países “pecaminosos”
como Francia se puede elegir a un Presidente adúltero que engañó a su mujer con
otra (Hollande). Las Leyes hay que acatarlas, estemos o no de acuerdo, y la
“Doctrina Parot”, basada en una Ley franquista de 1973, era un absurdo que no
servía para mucho. Y ETA ya se ha derrotado ella misma desde hace años, al ver
que el pueblo vasco ya no quiere violencia ni muertos para conseguir lo que
quieren. Pero mientras les sirva vivir del cuento y mostrar su cara de santos
en vida, los conservadores seguirán actuando igual, incluidos los tertulianos
de la televisión. Nosotros siempre estaremos al lado de las víctimas del
terrorismo, de cualquier terrorismo en cualquier parte del mundo que implique
muertos inocentes, pero nunca permitiremos que se les utilicen políticamente de
manera mezquina. Ello se hizo, por ejemplo, con las víctimas del 11-M, y la
madre de una de las víctimas, Pilar Manjón, ha sido desde entonces atacada y
difamada por fanáticos incapaces de reconocer que ETA no tuvo nada que ver en
aquella carnicería. Y aquellos fanáticos, muy conocidos, nunca han pedido perdón
por sus paranoicas teorías, y como si fueran nuevos Torquemadas, han montado
cruzadas contra quien tuviera la osadía de desmentir sus “santas” denuncias,
condenándolas al Infierno e incluso mostrándose a ellos mismos como
“perseguidos”. Los asesinados por terrorismo se merecen un respeto de verdad, y
no quieren ser los Mesías ni nada de eso.
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