jueves, 14 de noviembre de 2013

BÁRCENAS Y EL CONCERT PER LA LLIBERTAT (SUENA MEJOR EL SEGUNDO) (15-7-2013)



Luis Bárcenas, o como será recordado de por vida por la gente de la calle, Luis el Cabrón, ya está en la cárcel. No sabemos si no será por mucho tiempo, como pasó con Miguel Blesa o Lluís Millet, pero su actitud, en vez de ayudar a superarlo todo, se ha ido degenerando y convirtiendo en una película de Mariano Ozores, por las situaciones surrealistas y ridículas en las que él y los que le rodean han provocado. Si fuera un argumento de película de humor más inteligente, como Woody Allen, Bárcenas se habría limitado a tener una aventura extramatrimonial con alguna mujer dirigente del PP, sin que la mujer de él jamás sospechara algo parecido. Pero una situación que el maestro Woody Allen habría llenado de magistrales diálogos sobre el sentido de la vida, en la vida real resultan cansinos los que hemos escuchado, sobre todo los que han intentado defender al personaje o lanzar balones fuera de la manera más surrealista, como la Cospedal con su inefable explicación del “finiquito en diferido”. A ver, yo, que me quedé en el paro hace un año y aun espero que me paguen el finiquito, que me explique ella cómo es ese finiquito, que como es diferido, quizá por eso no lo he cobrado todavía. Los políticos, cuando se ven acorralados, son maestros en el arte del lenguaje, pero ni teniendo la habilidad dialéctica del gran Groucho Marx podrían convencernos de que todo lo ocurrido con Luis Bárcenas no ha dejado en muy mal lugar a todos.
En mejor lugar quedaron los organizadores del Concert per a la Llibertat en el Camp Nou, que han mostrado fe en lo que creen. Nunca algo como pedir la libertad para Catalunya se ha mostrado de manera más elegante, sin ese odio visceral que algunos paranoicos dicen ver contra otros países. Gente de esos mismos países que dicen que son atacados sin piedad. Vamos, me recuerdan a los que odian a los franceses por que dicen que vienen a robarnos a nuestras mujeres y a nuestras novias, o que van a desvirgar a nuestras hijas sin la menor decencia, seduciéndolas con su famosa labia y su famosa lengua poética. No pude ver el Concert al vivir en otra ciudad y quedar a aquellas mismas horas con amigos, pero la emoción que se sintió, con gente de toda condición que asistió y con toda clase de cantantes de todos los estilos, debió de ser descomunal. Cuando se expresa una idea que quizá no guste a todo el mundo, como es que Catalunya tenga otra manera de buscar su lugar en el mundo, si se hace con elegancia, con cariño y con fe, acaba agradando incluso a quienes no son partidarios de ella. Catalunya renunció hace años a la violencia, tanto la de los anarquistas como la de Terra Lliure, no servía ya para nada. Y desde Madrid deberían hacérselo mirar, pues sólo ellos han sido los responsables de que no se les entienda lo que quieren decir. Su soberbia lo ha impedido. Para empezar, su obsesión por hacer unos Juegos Olímpicos, que parece más envidia por los de Barcelona, que fueron inigualables.


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