miércoles, 12 de noviembre de 2014

CRÓNICA DE UNA OBSESIÓN DE PSIQUATRA DE LA EXTREMA DERECHA (Y OTROS) CONTRA TODO LO CATALÁN CRÒNICA D'UNA OBSESSIÓ DE PSIQUATRA DE L'EXTREMA DRETA (I D’ALTRES) CONTRA TOT ALLÒ QUE ÉS CATALÀ


TRADUCCIÓN: ¿Pero qué es eso de poner fronteras nuevas, así por las buenas? / ¡Las fronteras establecidas son sagradas por que están hechas con cañonazos! / ¡Ole tus huevos!


Todo empezó el 11 de Septiembre de 2013, en la Librería Blanquerna de Madrid, que se encuentra en la calle de Alcalá, no lejos de la Plaza de la Cibeles y enfrente mismo del Círculo de Bellas Artes. Es una librería a la que voy yo a comprar con mucha frecuencia, pues pertenece a la Generalitat catalana y vende libros escritos y traducidos al catalán.
Se celebraba la Diada Nacional de Catalunya, y en la planta baja de la librería se encontraban diputados catalanes en el Parlamento español y mucha gente invitada o que entraba a comprar libros. Todo normal.
Pues no es que sonara el tema principal de John Williams para “Tiburón”, ni el de Bernard Herrmann para “Psicosis” (la del asesinato en la ducha, claro), ni tampoco el de Jerry Goldsmith para “La profecía” (el “Ave Satani”, con esos coros religiosos cantando en latín un himno que en realidad es satánico), pero ocurrió algo repentino que cambió radicalmente el ánimo de la gente presente. Y cualquiera de esas músicas no hubiera desentonado nada para lo que ocurriría.
Varios individuos de aspecto siniestro, unos con la cara tapada y otros descubierta, entran en la librería pegando gritos, amenazando a los presentes, destrozando la bandera catalana que había allí, rompiendo varios cristales y peleándose con varios diputados.
Todo lo grabaron cámaras de televisión y de gente presente, se ha visto en todas partes y se identificaron a aquellos salvajes. Fueron detenidos y juzgados, pero (esto es lo que más me fastidia) sólo recibieron multas ridículas.
Un año después, la librería ha tomado medidas de seguridad para evitar nuevos ataques vandálicos. Y más aún cuando Artur Mas comparece allí para una rueda de Prensa después de hablar en la Moncloa con Mariano Rajoy. Me acerqué por allí a ver qué pasaba, y aunque veía algunos fachas con camisa azul de la Falange para manifestarse, pensé que no pasaría nada, que todo estaba controlado. Incluso entré en la librería para comprar algo y me fui cinco minutos después a casa.
Ya en casa, miro Twitter y veo que alguno de esos fachas consiguió burlar las medidas de seguridad y se presentó desafiante ante Artur Mas en plena rueda de Prensa. Al President no le tembló el pulso y no hizo caso a los ademanes de machito ridículo del energúmeno que le amenazaba. Pensé que la extrema derecha tiene una obsesión con lo catalán y lo ha convertido en su deporte favorito, como lo de los gladiadores en el circo romano con los esclavos cristianos.
Casi dos meses después, pocos días antes del 9-N, que parece que tampoco se podrá celebrar como estaba previsto de la nueva manera, los partidos pro consulta catalana celebrarán una reunión en el Ateneo madrileño, lugar donde tuve la suerte de que hace meses pusieron un documental sobre la matanza de un pueblo del Norte francés donde hace 70 años se refugiaban exiliados españoles y catalanes. Los nazis fusilaron a los hombres y quemaron vivas a mujeres y niños prendiendo fuego a una iglesia en donde los encerraron. Algo que Francia, por cierto, siempre ha admitido y enseña a sus niños que nunca debe volver a ocurrir, al contrario que aquí.
Con el mismo espíritu de tolerancia del Ateneo, diputados como Joan Tardà (ERC) o David Fernández (CUP), entre otros, acuden allí. Nuevamente se subestimó el poder de organización de la extrema derecha en cuanto a formar jaleo, insultar a quienes no piensan como ellos y que sus miembros se comporten como quien maltrata a mujeres indefensas: las medidas de seguridad se limitaban a unos dos o tres policías de paisano.
Llegó no diré un ejército de fachas, sino casi una treintena de ellos. Esta vez no hubo destrozos, pero la actitud de esta gentuza, por que no se les puede llamar de otra manera, no tiene nada de noble. Así nunca conseguirán el apoyo que quieren, los votos que quieren, la “adhesión inquebrantable” que desean con la misma obsesión que un enamorado se obsesiona con otra persona, incluso por métodos de loco peligroso.
Catalunya demuestra que es un país civilizado, y si va contra esa gente, lo hará con métodos legales, sin violencia. No tendrán esa guerra civil que tanto anhelan los de la Falange. No han salido de la Edad Media en ese tipo de costumbres. Desentonarían incluso en la serie “Juego de Tronos”, donde los que mejor caen son el hombre enano y las meretrices.
Pero eso no es todo: el Domingo apareció en “El País” un artículo firmado por Ignacio Vidal-Folch titulado “TV3 fuerza la máquina”, hablando sobre la TV pública catalana y su estado actual para el articulista.
En todo el artículo no hay una sola mención positiva sobre TV3, a la que califica de canal televisivo manipulado, chauvinista, xenófobo e incluso sutilmente racista, con detalles más propios de un turista que llega a un país extranjero sin saber nada de la cultura local.
No diré que sus informativos sean imparciales, las TV públicas del Estado español, sean cuales sean, han sufrido manipulaciones de los Gobiernos de turno, pero la calidad general de la programación de TV3 es de más calidad que la de muchas cadenas españolas, si la miramos con objetividad, y me refiero a programas que no sean telediarios.
Por que el articulista, comentando uno de los programas más populares de TV3, “El convidat” (El invitado), donde su presentador, Albert Om, va cada semana a la casa de un catalán famoso a convivir con él dos días y hacerle una entrevista en profundidad, al hablar de su entrevista a Lluís Llach y citar que tiene un criado senegalés (Llach pasa largas temporadas en el país africano donde tiene una ONG), hay un momento que parece querer presentar, sutilmente, a Llach como racista o colonialista, o recordando la homosexualidad del cantante, diciendo sobre el criado: “Tranquilos, que él está casado y tiene hijos”.
En su afán por presentar a TV3 como el infierno, dice horrorizarse con el reportaje de “Sense ficció” sobre las relaciones entre Francisco Franco y el Real Madrid, que ya comenté aquí el mes pasado, y que sólo hablaba sobre algo que en Catalunya se habla desde hace generaciones, sin obtener respuesta.
TV3 siempre ha tenido un estilo específico, lo que pasa es que no ha sido nunca comprendido desde Madrid, casi como los de la América profunda y puritana que nunca comprendieron que Francia no condene al infierno a quienes cometan adulterio o engañen a sus parejas con otras, como François Hollande hace meses.
TV3, uno de sus grandes méritos, ha sido el de haber hecho series de mucha calidad, algunas de ellas vendidas a televisiones extranjeras con buenas opiniones de ellas, como “Pulseras rojas” (que ha tenido remakes en EEUU, Italia o Rusia, aparte de haber sido emitida la serie original en Francia, Finlandia, Argentina, etc.), “Tres estrelles” (la genial serie cómica de El Tricicle, humor universal comprendido en todo el mundo) y muchas otras.
Incluso el estilo actual de las telenovelas españolas se debe a TV3, que hace justo 20 años estrenó su primer culebrón, “Poblenou”, luego emitido doblado al español como “Los mejores años” en Antena 3 TV, que rompía con los modelos latinoamericanos para inspirarse en los europeos, con unos diálogos que quizá chocaban a los espectadores españoles, ya que parecían más de una película francesa de Éric Rohmer, con diálogos con tonos intelectuales en más de una ocasión, incluso dichos por personajes aparentemente no muy cultos, que una típica serie española donde se dice un taco cada veinte palabras o lo más trascendente que se habla es la alineación del Real Madrid de los tiempos de Di Stefano. Incluso rompió ésta serie los tópicos sobre homosexuales, al presentar dos personajes de esta orientación sexual de ademanes varoniles, nada amanerados, ni ridículos, ni tampoco de instintos asesinos. Personajes nobles y tolerantes.
No digo esto último como dando lecciones de hacer series, simplemente es que en Catalunya se habla y se siente de otra manera, quizá por la gran influencia francesa que hay, todos saben que la frontera está a sólo 180 kms. de Barcelona. Por que si al señor Vidal-Folch no le gusta TV3 y cómo ve a España, si viera el cine francés como hago yo, donde en algunas ocasiones, si sale un personaje español, casi siempre lo sacan liado con una francesa (casi nunca con una española) y además sensual y sexualmente activa; sus hijos no hablan español y se visten y maquillan como típicos franceses (sobre todo las hijas, “lolitas” francesas absolutamente seductoras); y las mujeres españolas muchas veces se llevan mal con su marido español y encuentran la felicidad conociendo a un francés (sobre todo como amante, en todos sus aspectos positivos), a ver qué haría él, si exigiría suprimir la cuota de cine europeo en España para que así no llegue más cine del país vecino.

CRÒNICA D'UNA OBSESSIÓ DE PSIQUATRA DE L'EXTREMA DRETA (I D’ALTRES) CONTRA TOT ALLÒ QUE ÉS CATALÀ


Tot va començar l'11-S de 2013, a la Llibreria Blanquerna de Madrid, que es troba al carrer d'Alcalá, no lluny de la plaça de la Cibeles i davant mateix del Cercle de Belles Arts. És una llibreria a la qual hi vaig jo a comprar molt sovint, ja que pertany a la Generalitat i ven llibres escrits i traduïts al català.
S’hi celebrava la Diada Nacional de Catalunya, i a la planta baixa de la llibreria hi eren diputats catalans al Parlament espanyol i molta gent convidada o que hi entrava a comprar llibres. Tot normal.
Doncs no és que es sentís el tema principal de John Williams per "Tauró", ni tampoc el de Bernard Herrmann per a "Psicosi" (la de l'assassinat a la dutxa, per descomptat), ni tampoc el de Jerry Goldsmith per "La profecia" (l’"Ave Satani ", amb aquests cors religiosos cantant en llatí un himne que en realitat és satànic), però va passar una cosa sobtada que va canviar radicalment l'ànim de la gent present. I qualsevol d'aquestes músiques no hi hagués desentonat gens per allò que passaria.
Diversos individus d'aspecte sinistre, uns amb la cara tapada i d’altres descoberta, hi entren a la llibreria escridassant, amenaçant als presents, destrossant la bandera catalana que hi havia, trencant diversos vidres i barallant-se amb alguns diputats.
Tot el van gravar càmeres de televisió i de gent present, s'ha vist a tot arreu i es van identificar aquells salvatges. Van ser detinguts i jutjats, però (això és el que més em fa fàstic) només van rebre de multes ridícules.
Un any després, la llibreria ha pres mesures de seguretat per evitar nous atacs vandàlics. I més encara quan Artur Mas hi compareix per a una roda de Premsa després de xerrar a la Moncloa amb Mariano Rajoy. M’hi vaig acostar, a veure què passava, i encara que hi veia alguns fatxes amb camisa blava de la Falange per manifestar-se, vaig pensar que no passaria res, que tot estava controlat. Fins i tot vaig entrar a la llibreria per comprar alguna cosa i me'n vaig anar cinc minuts després cap a casa.
Ja a casa, miro el Twitter i veig que algun d'aquests fatxes va aconseguir escurçar les mesures de seguretat i es va presentar tot desafiant davant Artur Mas en plena roda de Premsa. Al President no li va tremolar el pols i no va fer cas als gestos de mascle ridícul del energumen que l'amenaçava. Vaig pensar que l'extrema dreta té una obsessió amb d’allò més català i l'ha fet el seu esport favorit, com el dels gladiadors al circ romà amb els esclaus cristians.
Gairebé dos mesos després, pocs dies abans del 9-N, que sembla que tampoc es podrà celebrar com estava previst de la nova manera, els partits pro consulta catalana hi celebraran una reunió a l'Ateneu madrileny, lloc on vaig tenir la sort que fa mesos van posar un documental sobre la matança dins un poble del Nord francés, on fa 70 anys es refugiaven exiliats espanyols i catalans. Els nazis van afusellar als homes i van cremar vives a dones i nens, calant foc a una església on els hi van tancar. Una cosa que França, per cert, sempre ha admès i ensenya als seus nens que mai no ha de tornar a passar, ben al contrari que aquí.
Amb el mateix esperit de tolerància de l'Ateneu, diputats com Joan Tardà (ERC) o David Fernández (CUP), entre d'altres, hi van. Novament es va subestimar el poder d'organització de l'extrema dreta pel que fa a fer xivarri, insultar als que no pensen com ells i que els seus membres es comportin com qui maltracta dones indefenses: les mesures de seguretat es limitaven a uns dos o tres policies de paisà.
Va arribar-hi, no diré un exèrcit de fatxes, sinó gairebé una trentena d'ells. Aquest cop no hi va haver destrosses, però l'actitud d'aquesta gentussa, perquè no se'ls pot anomenar d'una altra manera, no té gens de noble. Així, mai no aconseguiran el suport que volen, els vots que volen, la "adhesión inquebrantable" que volen, amb la mateixa obsessió que un enamorat s'obsessiona amb una altra persona, fins i tot per mètodes de boig perillós.
Catalunya demostra que és un país civilitzat, i si va contra aquesta gent, ho farà amb mètodes legals, sense cap violència. No tindran aquesta guerra civil que tant desitgen els de la Falange. No han sortit de l'Edat Mitjana en aquesta mena de costums. Desentonarien fins i tot en la sèrie "Joc de Trons", on els que millor cauen són l'home petit i les meretrius.
Però això no és tot: el Diumenge va aparèixer a "El País" un article signat per Ignacio Vidal-Folch titulat "TV3 força la màquina", parlant sobre la TV pública catalana i el seu estat actual per l'articulista.
En tot l'article no hi ha cap menció positiva sobre TV3, a la qual qualifica de canal televisiu manipulat, xovinista, xenòfob i fins i tot subtilment racista, amb detalls més propis d'un turista que hi arriba a un país estranger sense saber res de la cultura local.
No diré que els seus informatius siguin imparcials, les TV públiques de l'Estat espanyol, siguin quins siguin, han patit manipulacions dels governs de torn, però la qualitat general de la programació de TV3 és de més qualitat que no pas la de moltes cadenes espanyoles, si ens la mirem amb objectivitat, i em refereixo a programes que no siguin telenotícies.
Perquè l'articulista, tot comentant un dels programes més populars de TV3, "El convidat", on el seu presentador, Albert Om, va cada setmana a casa d'un català famós a conviure amb ell dos dies i fer-li una entrevista en profunditat, en parlar de la seva entrevista a Lluís Llach i dir que té un criat senegalès (en Llach hi passa llargues temporades al país africà, on té una ONG), hi ha un moment que sembla voler presentar, subtilment, en Llach com a racista o colonialista , o tot recordant-se de l'homosexualitat del cantant, dient sobre el criat: "Tranquils, que ell està casat i té fills".
En el seu afany per presentar a TV3 com l'infern, diu horroritzar-se amb el reportatge de "Sense ficció" sobre les relacions entre Francisco Franco i el Reial Madrid, que ja vaig comentar aquí el mes passat, i que només hi parlava sobre una cosa que a Catalunya es parla des de fa generacions, sense obtenir cap resposta.
TV3 sempre ha tingut un estil específic, el que passa és que no ha estat mai comprès des de Madrid, gairebé com els de l'Amèrica profunda i puritana que mai no van comprendre que França no condemni a l'infern els que facin el salt a les seves parelles amb d’altres, com François Hollande fa mesos.
TV3, un dels seus grans mèrits, ha estat el d'haver fet sèries de molta qualitat, algunes d'elles venudes a televisions estrangeres amb bones opinions d'elles, com "Polseres vermelles" (que ha tingut remakes als EUA, Itàlia o Rússia, a més de que ha sigut emesa la sèrie original a França, Finlàndia, Argentina, etc.), "Tres estrelles" (la genial sèrie còmica de el Tricicle, humor universal comprès a tot arreu) i moltes altres.
Fins i tot l'estil actual de les telenovel·les espanyoles es deu a TV3, que fa tot just 20 anys va estrenar el seu primer culebró, "Poblenou", després emès doblat a l'espanyol com a "Los mejores años" a Antena 3 TV, que trencava amb els models llatinoamericans per inspirar-se en els europeus, amb uns diàlegs que potser xocaven als espectadors espanyols, ja que semblaven més d'una pel·lícula francesa d'Éric Rohmer, amb diàlegs amb tons intel·lectuals en més d'una ocasió, fins i tot aquests per personatges aparentment no gaire cultes, que no pas una típica sèrie espanyola on es diu un renec cada vint paraules o el més transcendent que es parla és l'alineació del Reial Madrid als temps de Di Stefano. Fins i tot va trencar aquesta sèrie els tòpics sobre homosexuals, en presentar dos personatges d'aquesta orientació sexual de posats virils, gens amanerats, ni ridículs, ni tampoc d'instints assassins. Personatges nobles i tolerants.
No dic això últim com donant lliçons de fer sèries, simplement és que a Catalunya es parla i se sent d'una altra manera, potser per la gran influència francesa que n’hi ha, tothom sap que la frontera hi és a 180 kms. de Barcelona. Perquè si al senyor Vidal-Folch no li agrada TV3 i com veu aquesta l’Espanya, si veiés el cinema francès com faig jo, on sovint, si surt un personatge espanyol, gairebé sempre el treuen embolicat amb una francesa (gairebé mai amb una espanyola) i a més, sensual i sexualment activa; els seus fills no parlen espanyol i es vesteixen i maquillen com a típics francesos (sobretot les filles, "lolites" franceses del tot seductores); i les dones españoles, molt sovint hi tenen una mala relació amb el seu marit espanyol i troben la felicitat coneixent un francès (sobretot com amant, amb tots els seus aspectes positius), a veure què faria ell, si exigiria suprimir la quota de cinema europeu a Espanya perquè així no hi arribi més cinema del país veí.





No hay comentarios:

Publicar un comentario