La huelga general que hemos
pasado, uno de los motivos sería los desahucios. Muchos más motivos hay por lo
que muchos, yo incluido, hemos decidido hacer la huelga. Pero hablaré de los
desahucios. Los suicidios provocados por la horrible crisis que vemos en Grecia
ya parece que van a ser algo normal en el Estado español. Pero como siempre, sólo
de esta manera la gente puede darse cuenta de la tragedia que desde hace meses
o años hay para muchas familias, los desahucios uno tras otro, que ciertos
medios de comunicación han querido justificar como si los desahuciados fuesen
gente degenerada a la que un desahucio es como un bien hecho a la Humanidad. Y
los políticos que apoyan los desahucios, temerosos de perder votos en próximas
elecciones, ahora dicen que hay que suavizar o suspender esos desahucios.
Claro que sólo se olvidan de
esos votos electorales si los desahuciados fueran parientes próximos, que como
si fuera una película de Frank Capra, entonces se lanzan a parar esos
desahucios poniéndose ellos mismos como escudos humanos. Pero se ha visto
también la peculiar manera de arreglar esto que tienen algunos, como el
Arzobispo de Madrid, que cree que con rezar ya está arreglado todo, que con eso
les volverá la alegría de vivir, aunque se queden en la calle como un personaje
de Dickens. No es suficiente, señor Arzobispo. Se piensa que, como dice Woody
Allen, es morir primero y pagar después. Eso queda mejor para cuando vayamos a
morir y tengamos la esperanza de que lo que haya después, si es que hay algo,
será mejor que lo que hemos visto en vida.
Además, la gente ya no cree en
los cuentos de hadas, sólo los niños, igual que creen en los Reyes Magos hasta
que sus padres les confiesan que los regalos los traen ellos, y los Reyes estos
no existen, o que los de las cabalgatas o los de los grandes almacenes son
gente normal disfrazada. Recordemos a Homer Simpson disfrazado de Santa Claus y
a su hijo Bart, tratando el primero de convencer al segundo de que sustituye
temporalmente al equivalente americano del francés Papá Noël por que no había
podido venir personalmente. Los Bancos tienen mucha culpa de estos desahucios,
por mucho de que busquen otros culpables o denuncien presuntas campañas de
persecución y de difamación contra ellos, ellos y los políticos que los
amparan, que los defienden, que si pudieran los subirían a los altares como a los
mártires cristianos que morían devorados por los leones del circo romano o por
las espadas de los gladiadores, ellos tienen la culpa de toda esta miseria
colectiva y esta desgracia de los inquilinos que pierden su casa.